Un nuevo informe de batalla para amenizar el veranito mientras preparo más entradas, esta vez si, escenografía, aunque muy sencilla, eso sí. Para abrir boca para lo que se está gestando en mi taller.
Hace ya tiempo que se libró esta pequeña escaramuza entre los belicosos monjes del Monasterio Shirouma y los no menos susceptibles samurais del Señor Yoshitomo. En estos tiempos convulsos, cualquier nimiedad es suficiente para que se derrame sangre.
Ambas fuerzas se encontraron junto a un pequeño río. Ninguno de los contendientes quiso ser el primero en retirarse. Los desafíos y amenazas de cada uno de los comandantes fueron calentando el ambiente, hasta que estalló la tormenta y los soldados comenzaron a avanzar, dispuestos a hacer pagar muy caro al enemigo su "tremenda" afrenta.
Los monjes con arco infligieron la primera baja a los ashigaru que avanzaban hacia ellos. La caballería samurai cruzó el río y los ashigaru con teppo avanzaron buscando objetivos.Los monjes con naginata por su parte avanzaron hacia los samurais. Las ama kihei cruzaron el río y ambos héroes avanzaron junto a sus hombres hacia su destino.
El héroe con naginata tomó posesión del puente desafiando al líder samurai a combate singular.
Mientras la caballería samurai rodea el bosquecillo para intentar flanquear a los monjes, pero estos dan media vuelta y se encaran hacia su destino con coraje.
En el otro flanco, los monjes con yumi van consumando una auténtica matanza con la unidad de ashigaru.
Oportunidad que aprovechan las ama kihei para ponerlos en fuga...
Y se enfrentan a los ashigaru con teppo que, sorprendentemente, se lo hacen pagar muy caro.
Los monjes con naginata reciben la carga de los samurai.
El héroe con naginata se enfrenta al líder samurai en el puente.
Y lo destroza (pedazo de tirada ¡OMG!)
Mientras los monjes son masacrados por la caballería samurai.
Y fin de la escabechina. Empate a puntos, ambos se dieron cera de lo lindo y volvieron a casa contando historias absurdas sobre enormes ejércitos, magos terribles y de cómo habían conseguido salir con vida de milagro.
En breve, mi hermano y yo libraremos una batalla entre sus piojosos namban y mis no menos piojosos piratas wako. Ambos ejércitos por fin pintados al completo para poder lucir un informe como Buda manda.
El héroe con naginata se enfrenta al líder samurai en el puente.
Y lo destroza (pedazo de tirada ¡OMG!)
Mientras los monjes son masacrados por la caballería samurai.
Y fin de la escabechina. Empate a puntos, ambos se dieron cera de lo lindo y volvieron a casa contando historias absurdas sobre enormes ejércitos, magos terribles y de cómo habían conseguido salir con vida de milagro.
Hala, he dicho.
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