En la anterior entrada os mostré
como hice los cráteres, nada del otro mundo, pero molones. Pues el caso es que quería uno inundado. Probar cosas nuevas es divertido y aprendes un montón. Ensayo error, aunque veas videos y tutoriales, a la hora de ponerlo en práctica pueden surgir y de hecho surgen dudas. Para hacer el efecto agua opté por usar silicona transparente. En varios vídeos de youtube vi cómo la utilizaban con éxito para representar agua. Así que me puse a ello a ver que me salía.
Estos son los cráteres secos y polvorientos con
Alfred el piadoso señalando como ya dije, el sitio dónde incineró al último hereje con el que se topó.
En el vídeo que vi, aplicaban la silicona y luego con una tarjeta de plástico la iban alisado para eliminar los cordones, unirlos y darles uniformidad. En mi caso resultó un fracaso, la silicona se me pegaba a la tarjeta a pesar de mojarla en agua con jabón. Se me hicieron pegotes blancos y ni de lejos era translúcida. Y por supuesto no se podía despegar. ¿Cómo podía arreglarlo?
Como tengo un bote de aguas tranquilas de Vallejo en casa, probé a echarle al cráter, lo mezclé con un poco de color ( no recuerdo cual) y lo dejé secar. Varios días después aún no se había secado del todo. Paciencia.
Aquí ya estaba seco y listo para el siguiente paso.
Otra capa de aguas tranquilas, un poco de lavado sombra y otro poco de lavado rojo, ambos de Vallejo.
Lo mezclé un poco, pero poco, no quería que los colores se mezclaran demasiado para que se apreciaran los colores por separado.
A medio secar, varios días le costó también secarse.
Y ya por fin seco.
Se aprecian los diferentes colores del agua, sucia, contaminada, corrupta.
Se ve el blanquecino de la silicona, los distintos tonos de los lavados y unos coágulos que dan un asquito serio. Mejor no meter los pies en ese agua ponzoñosa.
Alfred el piadoso ya no quiere meterse en el cráter.
Y por último una comparativa desde arriba de los tres cráteres. Al final creo que me quedó bastante bien.